El 19 de Noviembre de 1894 en el Templo del Carmen de Celaya, Guanajuato, a la hora de la Comunión, vio al lado del Evangelio un joven muy hermoso, que le tendía los brazos; quiso correr en dirección a Él, pero no pudo llegar, porque vio en el suelo unos instrumentos cortantes y dijo: ¿Qué es esto que me impide llegar a ti?
No puedo poner la punta de un dedo sin despedazarme hasta los huezos.
El joven contestó: "Es el lugar desconocido donde te quiero y Yo mismo seré tu sostén y tu fiador". Dale cuenta a tu confesor y dile que confío en su dirección."
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